miércoles, 18 de noviembre de 2009

Pesadilla antes de navidad


Érase una vez en un tiempo no muy lejano el mundo ardía y el cielo pesaba por todo el azufre que tenía. Lo hippy era solo una moda y las personas andaban encadenadas por un único pensamiento.


La libertad era solo una palabra vacía, que nadie terminaba de entender.
Las masas de personas se difuminaban en una mancha gris que lo invadía todo. La anorexia era algo cotidiano mientras que nuestro silencio asesinaba a miles de personas en todos los rincones del mundo.


Nuestro vacío existencial lo llenaba la suciedad de objetos inútiles.
Acorraladas por una afilada realidad e hipnotizados por la publicidad, no existían verdades donde refugiarse de esta lluvia de mentiras que envenenaban nuestros cerebros.
La navidad era solo una oportunidad para jugar a ser felices, mientras subíamos la economía del país.


Hubo un tiempo en el que ser bueno no merecía la pena y las sonrisas eran un bien preciado en peligro de extinción, el mundo se derretía y chorreaba odio y angustia de aquellos que no encontraban una sombra donde descansar dentro del horno de repugnantes mentiras donde nos moldeaban a su gusto, publicistas, mercaderes, dioses, políticos e ignorantes que lo único que pedían es que el horno le moldeara las caderas lo más finas posible.

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